El potencial de Blockchain para perturbar el panorama financiero es evidente. Incluso en este punto inicial del desarrollo de la tecnología, las instituciones establecidas -incluidos los bancos y los gobiernos- se han dado cuenta rápidamente de la posibilidad de que se produzcan perturbaciones, e igualmente se han esforzado por limitar su impacto.

Sin embargo, a pesar de la obvia utilidad, y de las muchas aplicaciones actuales y fascinantes de la tecnología Blockchain -desde la mejora de la trazabilidad de la cadena de suministro hasta la recolección de adorables gatos digitales-, el verdadero potencial de esta increíble tecnología a menudo se pasa por alto: la capacidad de volcar las estructuras de poder existentes al socavar la centralización. En última instancia, las redes Blockchain y las criptomonedas parecen cada vez más propensas a provocar un cambio en el equilibrio y el lugar del poder, alejándolo de las entidades centralizadas como los bancos y gobiernos mencionados anteriormente y orientándolo hacia el pueblo, cambiando fundamentalmente quién ejerce el poder y qué se hace con él.

El actual sistema financiero centralizado funciona de una manera que no beneficia directamente a la gente común. Es decir, aquellos que realmente lo utilizan para realizar transacciones con sus activos y datos financieros diariamente.

Por el contrario, tener que depender de terceros para gestionar las finanzas de la gente significa renunciar al poder de realizar transacciones y transferencias de forma independiente. Despojar a los individuos de la autoridad para administrar sus finanzas y confiar este poder a una sola entidad tiene una serie de consecuencias negativas. Estos incluyen el aumento de la probabilidad de que se produzcan hackeos, los posibles retrasos en las transferencias de una cuenta a otra, la disminución de la supervisión de los fondos personales y la espiral de las tasas de interés sobre el almacenamiento de activos.

Además, cuando el control y la gestión de las finanzas por parte de las entidades centralizadas se desvían, esto tiene efectos muy reales en la vida cotidiana de las personas. Las crisis económicas y la alta inflación causan estragos en la población, como se ha demostrado recientemente en desastres como la crisis de la deuda pública griega y la crisis de hiperinflación venezolana. En este último caso, la inflación del bolívar, la moneda venezolana, alcanzó 10.000.000% en 2019.

Estos no son casos aislados. El sistema financiero actual ha fallado a la población mundial una y otra vez. Sin embargo, poco se ha hecho para eliminar el poder de estas entidades centralizadas. De hecho, la tendencia se ha movido en la dirección opuesta, desempoderando aún más a la gran mayoría de las personas.

Con el advenimiento de las criptomonedas, finalmente ha surgido una opción viable para desafiar este control y el poder asociado, ofreciendo un nivel de autosoberanía y seguridad que no se encuentra en el sistema financiero actual. Un nuevo sistema financiero construido con una Blockchain no estaría controlado por una entidad central, sino que volvería a poner el poder en manos del pueblo.

En un momento en el que los sistemas financieros tradicionales a menudo se ven envueltos en crisis, las criptomonedas ofrecen una nueva forma de entender y almacenar valor, permitiendo a las personas restablecer el control sobre sus activos. A lo largo del período de hiperinflación en Venezuela, por ejemplo, las tasas de uso de criptomonedas han ido en aumento. Esto demuestra claramente que la gente en apuros está mirando a estas tecnologías emergentes como un medio para recuperar el control, permitiéndoles sobrevivir en un país donde la moneda fiduciaria ya no es valiosa.

La naturaleza distribuida y descentralizada de la Blockchain produce el primer nivel de seguridad. La descentralización no sólo proporciona a las personas un mayor control de sus activos financieros, sino que también mejora la seguridad de los mismos. Las criptomonedas se basan en una tecnología de libro mayor distribuido conocida como Blockchain. Por lo tanto, son más seguros que la moneda fiduciaria de varias maneras significativas.

El segundo nivel de seguridad reside en la criptografía que se utiliza para crear una entrada en el libro mayor, de la que derivan el nombre de las «criptomonedas». Estas características de seguridad tecnológica inherentes significan que los problemas que han plagado los sistemas financieros centralizados no afectan ni pueden afectar de la misma manera a las alternativas basadas en Blockchain.

Como tal, el paso de las finanzas centralizadas a las descentralizadas puede tener numerosas ramificaciones para la población en general, alterando en gran medida la forma en que la gente interactúa con sus finanzas, especialmente en la medida en que confían en su seguridad. Al considerar las diferentes características de estos dos sistemas financieros -el tradicional y su alternativa descentralizada- queda claro que avanzar hacia un sistema descentralizado generaría una transferencia de poder a la población.

En un nivel concreto e individual, este cambio de poder puede tomar formas simples, desde permitir un mayor control y acceso a los activos financieros hasta permitir el acceso a los fondos desde cualquier parte del mundo y facilitar la transferencia global de fondos con un costo mínimo.

A una escala social más amplia, el uso de criptomonedas puede ayudar a evitar problemas como la inflación en monedas fiduciarias locales, como se ha visto en el caso de Venezuela. Además, la variedad de criptomonedas que se ofrecen le dan a la gente el poder de elegir qué características les gustaría priorizar – ya sea la velocidad, el costo, la tasa de transacciones, o una mayor seguridad y transparencia.

El actual sistema financiero mundial ejerce un poder inmenso, lo que hace que las repetidas trampas de ese sistema sean aún más atroces. No es ninguna sorpresa, entonces, que la gente esté lista para el cambio. Es esencial que rompamos las barreras a la adopción de la tecnología Blockchain, proporcionando a las personas acceso directo a servicios y plataformas que cambiarán sus vidas. Este es, en efecto, el próximo gran reto al que se enfrenta esta increíble tecnología, y en el que varios proyectos están trabajando arduamente para superarlo.

Nunca se debe subestimar la capacidad de la innovación y la imaginación para cambiar el mundo. Desde la invención del automóvil, que hizo posible que la gente recorriera grandes distancias en tiempos que antes se creían imposibles, hasta la creación y proliferación de Internet, que proporcionó a cualquiera un ordenador con acceso a toda la información del mundo y medios para publicar sus propios pensamientos e ideas, la imaginación y el ingenio han impulsado a la humanidad hacia delante, incitándonos a ser más curiosos, a aprender más, a crecer juntos. Estos cambios pueden ser aterradores, ya que nos acostumbramos al status quo. Pero en realidad, ¿cuál es el peligro de permitir que los individuos tengan más libertad e influencia sobre la forma en que su presencia financiera toma forma? Las personas sobre el terreno están mejor preparadas para tomar esas decisiones que las instituciones centralizadas. El dinero es poder, como dice el dicho. También lo es el control del dinero.

Ha llegado el momento de que ese poder sea devuelto al pueblo.

Fuente: es.cointelegraph.com